El proyecto y marca se inspiran en la obra de Vincent Van Gogh. El eje rector parte de un mural que consiste en la abstracción de la pintura la noche estrellada y como una experiencia continua, es decir, recrear la noche dentro del restaurante. Se toman de referencia detalles de un poblado holandés, así como perfiles urbanos de casas a dos aguas, el color azul marino y materiales en su estado natural, maderas y granitos. Creamos una estimulación sensorial y el uso de símbolos en cada detalle. Se trabajó con una iluminación controlada, entre luces cálidas y azul para enfatizar los colores del espacio y resaltar el mural de la noche estrellada. La experiencia tenía que ser casi teatral, por lo que buscamos introducir telones semi-abiertos, con lo que además se logra enfatizar la cava de vinos por encima de la barra. El acomodo del mobiliario se diseñó con tres estrategias especificas, una que consiste en recrear áreas de ambientes hogareños debajo de una estructura que simula una cubierta de cabaña. Y un área de comedor general que sobresale del nivel del restaurante de manera que todos los comensales puedan tener una vista total del restaurante, un espacio para ver y ser visto.